El gobierno de los EEUU ha establecido nuevas regulaciones que afectan a la industria del "shale" en ese país y que representan una amenaza para el sector que ha reconvertido la energía en ese país y ha logrado en parte terminar con el rol dominante de la OPEP como sindicato regulador de los precos internacionales.
El desarrollo del shale en los últimos años ha llevado a que EEUU sea un productor de relevancia global. Sin embargo, el ejecutivo liderado por Barack Obama ha emitido regulaciones que sintonizan con los anhelos de grupos ambientalistas, que acusan de "contaminantes" a las empresas que utilizan la fracturación hidráulica.
En qué consisten las regulaciones implementadas, según publica The Washington Post
1. Las empresas que desarrollen actividad mediante fracturación hidráulica deberán enviar información detallada a la Oficina de Manejo de la Tierra (The Bureau of Land Management).
2. Deben precisar el lugar exacto donde se hará la perforación.
3. Detallar la profundidad que tendrá la preforación y dónde se encuentran las capas freáticas (napas de agua subterránea).
4. Volumen estimado de fluido de agua y arena que se utilizará para el fracking.
5. Cantidad de aditivos químicos que se inyectará en la roca.
Estas regulaciones sólo se aplicarán en un 25% del total del país, que corresponde a tierras de dominio federal cuyo propietario es el Estado. El alcance total de la regulación es para el 11% de los perforaciones de gas y 5% de las que corresponden a petróleo. Por el momento, no afecta a los campos privados.
Con esta medida, el Ejecutivo de Obama lanza un guiño hacia los sectores verdes, aunque desde el punto de vista técnico no hace más que interponer un proces burocrático para los inversores y las empresas productoras, que ya advirtieron acerca de los riesgos que estas regulaciones pueden provocar en el sector.
Las medidas lucen como una traba burocrática que podría tener un impacto menor al estimado, ya que el sector del shale ha reducido su producción en los últimos meses como consecuencia de la caída de precios del barril.